En mis ojos se agita un mar embravecido, me abrigo con la soledad, he
cruzado mares buscando respuestas y me responde el silencio, vivo en mi
propio infierno y en este teatro nunca baja el telón, ni nadie aplaude,
ni le dan premios, somos presos de nuestros miedos, del qué dirán,
escriben mis dedos y desnudan a mi corazón, estoy cansada de estar
encerrada en esta cárcel de huesos, encarcelada mi voz, quiero gritar,
todo lo siento, maldecir a todo pulmón esta vida mía.

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