sábado, 18 de febrero de 2017

Corroe.

Estoy como el viento sin rumbo y sin estación, como la mariposa que se le rompió una ala, como el ruiseñor que ya no canta, como el ermitaño anhelando un existir, en las noches de melancolía es lenta la agonía, se me despierta la fantasía, dejo que lance un grito y junto a el dolor que me corroe por dentro

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