La neblina estalla en mi rostro y mis manos buscan cobijo en los
bolsillos, te evoqué y galoparon gacelas en mi corazón y las voces del
tiempo me dicen que mi amor por ti no ha muerto, que al verdadero amor
jamás le llega la muerte, hoy traje tus amaneceres a mi vida ¿me
recordaste aquella tarde que se poso el ave cantando mi nombre en tu
ventana? Yo lloraba tu ausencia siendo olvidada incluso por el olvido.

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