Sumida en la tristeza, los cuervos se acercan graznando sobre mi cabeza
con sus picos siniestros presagiando, cómo taladros hasta mis oídos los
sucesos por venir alejen de mi sus alas, que yo sé que ha de venir el
desplome de todo, que es mentira las caretas, caen cuervos negros,
vuelen, vuelen.

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