sábado, 19 de noviembre de 2016

Veneno.

En ti encontré el veneno y la espina, te erigiste de mi juez y verdugo, culpándome de que mi corazón estaba ocupado. Sí, estaba ocupado con la tristeza, mi alma dolida al ver que nadie me podía ayudar con lo que sabía. Dictador, cuando abriste los ojos de tu alma, viste la realidad, pero ya era tarde ya me habías enlodado.

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