Corrí al rio, se seco, el árbol triste con sus ramas secas, me dice,
todo me duele, siento que me voy a caer, yo no le respondí, mi silencio
lo hizo por mí, siguió hablándome, me dijo, ya las aves no se posan en
mí, qué desgracia tan grande es llegar a viejo, le pregunte, ¿cuándo se
seco el rio? Para cambiar la conversación, me respondió, ese pobre se
seco hace tiempo siempre te extraño. Me senté bajo del árbol a llorar.
Me respondió, no llores todos pasamos por esa situación.

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