Estaba en los brazos de Morfeo cuando oí tu voz diciéndome adiós, corrí a
la ventana, el tren se detuvo un instante, por qué no viniste a
besarme, por qué no viniste antes que llegara el tren, solo un lacónico
adiós, ese adiós es lo único que merezco, crees que con ese adiós me
pagas el mal que me hiciste, con ese adiós te van a perdonar, bueno a lo
mejor la condenada soy yo.

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