miércoles, 7 de septiembre de 2016

Atila

En tu vagar no conseguiste el nido que querías, porque eres el judío errante y yo te sigo tus pasos, aquí estoy, como una mañana triste me quito la careta de felicidad miro el camino andado y me siento en el suelo a llorar, nuestros pies son como el caballo de Atila.

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