Me encerraste cómo a una mariposa en un lugar estrecho, cómo a un
trofeo, ja, ja, ja a ese trofeo lo lució otro, ¿qué cómo me salí? Cuando
una mujer decide engañar a un pendejo nada ni nadie la detiene, el
engañado es el último que se entera y hay veces que ni se entera.

No hay comentarios:
Publicar un comentario