viernes, 24 de junio de 2016

Soñado.

 Aquella mañana que me dijiste te quiero, no lloré porque soy una mujer a mitad del vuelo, pensé, ¡carajo, cómo se mueven los hilos del destino! Teje, teje como una araña y me enreda en sus telarañas, pero el enigma que ella tejiendo yo lo había soñado

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