Di que estás mintiendo, que me amas como yo te he amado, no digas nada
en mi despedida, me voy lejos, la distancia es mi destino y el cruel
reloj siguió riéndose de nosotros, una noche volvió cansado, pero el
nido estaba ocupado, ¡ay! Odiamos la soledad.

No hay comentarios:
Publicar un comentario