lunes, 25 de abril de 2016

Truenos.

Ignota ruta que me lleva al pueblo, me voy a los confines del mundo, danzo al vaivén de la carreta, tú no estuviste cuando llegó la tormenta que me enlodó esa noche, los truenos estremecían el sillón donde estaba sentada, los rayos me alumbraban, parecía una muerta esperando que pasara alguien por mi lado para asustarlo, fue larga esa noche, los gorriones cantan en el árbol, las ramas caen abrazadas, alfombra de tímidos pasos que van al río, ¿cuánto hay vida en un hora? Vamos lucero a nuestra nueva vida alejada del mundo y sus miserias.

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