No niego que te amé, en algunos momentos, en esos que me sentía sola,
mis sueños escritos se los llevó el viento, desde mi ventana fuiste
travesía en mis noches tormentosas, fuiste poesía que escribía en tu
piel, sin saber que salían de mi alma, que mis caricias te las tatuaba
en tu piel para que no me quitaran lo mío, mis besos que te hacían
estremecer y te llevaban al cielo y al infierno.

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