Nací en un campo de manzanas, cuando abrí los ojos vi que todas las
manzanas estaban podridas, en mis primeros años no me contaminé, al
llegar a la adolescencia me uní a las manzanas podridas, se me
alborotaron los microbios por darle tanto a la sinhueso y me empezaron
los malestares, comprendí que esas habladeras de pendejadas me tenían
mal, me dejé de eso, busqué sanar mi alma y mi cuerpo.
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