Las Coquetas Amigas

La luna salió temprano vestida de seda, con unas aretes largos, son dos estrellas las más brillantes, el cabello suelto, sus ojos maquillados, está hermosa, el sol desde el otro lado del mundo le guiña un ojo.
—¡HERMOSA! — las estrellas al verla gritaron.
La luna ve hacia la tierra y ve a la tigresa con su melena bien peinada, ella también ve a la luna, se sienta, se calza sus zapatos, se le levanta. —¡Caramba! Me aprietan los zapatos y los tacones son muy altos. —En eso tocan en la puerta, la tigresa se asoma por la ventana ve que es su amiga leo le abre la puerta.
—¡Ay chica! Estoy preocupada, los zapatos no los aguanto —dijo la tigresa.
—Bueno ponte unos bajitos —dijo su amiga.
—No, no quiero bajitos y si se me aparece hoy mi príncipe azul —dijo la tigresa.

—Los míos son altos y además son dorados no te quedarían bien con tu vestido —dijo la leona.
—No te preocupes —dijo la tigresa mientras miraba sus zapatos.
—¡Maquillame! Que ya va empezar la fiesta —dijo la leona a su amiga la tigresa.
La coqueta tigresa termina de maquillar a la leona, ella se ve en el espejo. —Wow que bella quedé —dijo la leona.
—Seremos las más bellas de la fiesta —dijo la tigresa.
Las dos salieron de la casa rumbo a la fiesta, por el camino se encontraron con varios caballeros que las miraban y ellas sonreían, cuando llegaron vieron a todos bien vestidos y las damas estaban hermosas, toda la selva estaba iluminada, bailaron toda la noche, la tigresa no se quitó los zapatos porque le dijo a su amiga Leo —Qué mejor muerta que bajita.