Rompí las cadenas, caminé con pasos atrevidos por senderos desconocidos,
cuando creí que no había nada al cruzar la esquina, me quedé asombrada
al ver el jardín con las flores más hermosas que jamás, vi los colores
brillantes, ¡Dios mío qué belleza! El viento me dijo; eso hermoso que
ves es porque perdonaste.

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