domingo, 8 de noviembre de 2015

La tarde se oscureció, las nubes negras corren con furia en el horizonte, la lluvia casi doblaba a los arboles, los ríos se desbordaron, el viento ululaba entre las peñas, así fue la primera tormenta de mi vida que quedé con las manos vacías, al perder mi tesoro comprendí que siempre estaría en medio de una tormenta con las manos vacías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario