El vals se oía por todo el mundo, una estrella me dijo: ¡apurate! Me
colocó unos zarcillos y un collar, le dije: ¡qué lindos! La estrella me
agarró de la mano y corrimos a la orilla del mar, allí había unos
patines, cuando entramos al mar, todas las estrellas iluminaron el mar y
vi que estaba congelado, empezamos a bailar, les dije a las estrellas:
¿no hay un lucero para bailar con él? Ellas me respondieron: más tarde
viene uno. Al rato veo que viene un reno, vamos hacia él al son de la
música y dije: ¿cómo voy a bailar con un reno? Cuando me acerqué, le
pregunté: ¿qué haces en mi sueño? Las estrellas me miraron extrañadas,
me sonreí y les dije: ¡es mi marido!

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