El tren emprendió su marcha y yo con mi mirada fija esperando que me
dijera quedate, pero sabía que otra lo esperaba, no me atreví a volver
la mirada, una lagrima se deslizo por mi mejilla al ver su traición,
regresé cabizbaja con paso lento, me detuve a ver el mar, las olas
convertidas en brisa, mi tristeza besa la arena.

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