El águila volaba una tarde, iba a renovarse, desde lo alto vio un río,
descendió, mientras tomaba agua vio que un capullo de mariposa le cayó
entre sus plumas y pensó: ¡qué hermosa! Y se la llevó, la mariposa
admiró al águila, pero cuando se dio cuenta que él no podía amarla,
voló, pero mientras vivió, soñó con el águila.

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