Estoy en el puente de la brisa perpetua, como en un trance, mirándome en
unos ojos que tenía tiempo que mis ojos no se reflejaban en ellos y
oyendo esa voz que me dijo tantas palabras de amor, ¿cómo me
encontraste? Ah ya entiendo, déjame mirarte, sé que tienes que irte, ya
viene el tren.

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