Pensativa mirando hacia el cielo, oigo una voz que me dice ¿en que
piensas? Me sorprendí al ver a la alondra posada en la ventana y le
pregunto ¿tú hablas? Sí, pero no me respondiste me dice la alondra. ¡Ah!
miro al cielo a ver si me responde ¿por qué perdí todo? La alondra me
dice; no te aflijas, sigue cantando, le respondí ¿para qué cantar si
nadie me oye? Yo te oigo cantar todas las mañana y me acerqué a decirte
¡sigue adelante! Uno solo que te oiga, con eso basta y sobra.

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