Vi llegar la tormenta, me detuve, al verla sentí miedo, supliqué al
cielo, le pedí perdón por mis pecados, el fuerte viento me zarandeo y me
dijo, no tengas miedo, después de esta tormenta tus raíces serán más
fuertes, ¡sigue adelante, nunca temas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario