Hoy enumeré a todo lo que tuve que renunciar en mi vida, entre suspiros y
llanto, mientra las agujas del reloj resonaba por toda la casa, corrí
por los corredores hasta que dejaron de repicar las campanas, todo se
quedo en silencio en la casa, en mi alma, me senté en el patio a ver el
árbol de mango y se posan unos loros con sus vistosos colores.
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