sábado, 15 de noviembre de 2014

Allá en el infinito vi llorar a una estrella, me acerqué a ella, le pregunté ¿por qué lloras? Me respondió, porque te vi llorar y te acompañé en tu dolor. Me asombré, ella me dijo, ¡no te asombres! Eres una estrella, no llores más, aquí estoy ayudándote para que sigas adelante.

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