Me parece que hace un siglo, que un día me monté en un tren sin ver a
los lados, me senté con la cara baja, no me fijé si se detuvo en una
estación, ni ver por las ventanillas, un día me bajé, todo había
cambiado, veía todo asombrada, el tiempo se fue, salí corriendo a
recuperar mi tiempo perdido, me alegré al ver que tú estabas
esperándome.

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