Sentada al pie de un árbol vetusto, las hormigas me pican, trato de
quitármelas, pero son muchas, me quito la ropa, la sacudo y camino hasta
el río, nado un rato y vuelvo al árbol, el árbol me pregunta, ¿no
tienes miedo de que te caiga encima? Le respondo, no te vas a caer aún y
le tengo miedo es a una guerra en la que la gente se convierta en
demonios.

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