Miro
las nubes que vienen, a lo lejos la casa pequeñita al irme acercando se
agranda y puedo ver sus tejas, sus dos ventanas, el árbol frondoso en su
patio, el camino se hace mas angosto, al acercarme los perros corren
detrás del caballo, se asoma a la puerta un señor, me saluda y llama a
los perros, que detienen su carrera, al fondo la montaña majestuosa de
manto verde, sigo hacia la montaña y se
divide para dar paso al rio, de aguas cristalinas, me bajo del caballo y
lo dejo que se acerque a sus orillas mientras me quito la ropa oigo
ruidos, entre los árboles veo un ave pequeña de un amarillo intenso en
el pecho y abdomen y la cabeza negra con una franja blanca, llegan más y
cantan cristofué, cristofué, cristofué, ellos son amigos del hombre,
parece que buscan su compañía, andan en parejas y besan sus picos, están
en el árbol que esta a la orilla del rio, nado un rato, las aves alzan
su vuelo, las veo alejarse con su canto cristofué cristofué cristofué,
salgo del rio, me visto y regreso por el mismo camino, al pasar cerca de
la casa salen los perros otra vez, pero ahora no hay quien los llame y
recorren un trecho acompañandome con sus ladridos.

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