La
anciana escribe en una vieja maquina, se detiene, lee, mueve la cabeza
en señal negativa, está absorta en sus pensamientos, cuando pasa un
ventarrón que cierra estrepitosamente las ventanas, voltea hacia ellas y
dice ¡carajo me asusté! Yo que voy pasando me río, estiro mi mano, rozo
su rostro, me siente en su rostro, se toca y murmura ¡que brisa tan
agradable! Morella de Román.
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