Hay
un gran espejo en un pasillo, me detengo a verme y viene un señor que me
dice que me apure, le sonrio y lo sigo, él me cede el paso y llego a un
gran salón en ese momento la orquesta empieza a tocar. Me siento
emocionada la música me hace sentir como que floto, en ese momento se
acerca a mí un hombre muy elegante, me lleva de la mano al centro de la
pista, empezamos a bailar me sentía como una
pluma entre sus brazos, mi cuerpo se mecía como una palmera, mi emoción
era tanta que no me fije que el sitio estaba lleno, cuando entre no vi
la gente, cuando terminamos de bailar nos pidieron que bailaramos otro
tango, el corazón me palpitaba de la emoción, las luces me hacían sentir
como que estaba cerca de las estrellas, mis pies no tocaban el suelo,
teniamos los rostros tan cerca que se rozaron nuestras bocas,
aplaudieron y me desperte.

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