miércoles, 9 de julio de 2014

Hay un gran espejo en un pasillo, me detengo a verme y viene un señor que me dice que me apure, le sonrio y lo sigo, él me cede el paso y llego a un gran salón en ese momento la orquesta empieza a tocar. Me siento emocionada la música me hace sentir como que floto, en ese momento se acerca a mí un hombre muy elegante, me lleva de la mano al centro de la pista, empezamos a bailar me sentía como una pluma entre sus brazos, mi cuerpo se mecía como una palmera, mi emoción era tanta que no me fije que el sitio estaba lleno, cuando entre no vi la gente, cuando terminamos de bailar nos pidieron que bailaramos otro tango, el corazón me palpitaba de la emoción, las luces me hacían sentir como que estaba cerca de las estrellas, mis pies no tocaban el suelo, teniamos los rostros tan cerca que se rozaron nuestras bocas, aplaudieron y me desperte.


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