Deshojando la rosa y las letras de mi poema, mis ojos se niegan a no
verte, mi boca a no besarte, a mi piel no sentir la tuya, mi mente no
olvida aquellas noches de derroche de besos.
Tus ojos clavados en los míos, esclavos de esta pasión, mis sentidos
atrapados en esta ilusión, nunca me dijiste te amo, pero cuando me
asomaba a las ventanas de tus ojos allí estaba yo, como una diosa.
Oigo una canción a lo lejos, bailo, pero no me trae recuerdos, aprendí a
dejar todo atrás, para qué recordar lo que pasó, hago como la mañana
que se olvida de la noche.
He dejado de extrañarte tu lo has querido así, dejaste un vacio en mi
corazón con tu traición, corrí por todos los desiertos para olvidarte;
aquí estoy ante este desafio rastrillando mi alma para sembrar otro
amor.